¿Alguna vez te has sentido tan solo que el simple hecho de abrir los ojos por la mañana parece una tarea monumental? Hay quienes viven esta lucha a diario, y aunque no lo manifiesten, su corazón grita pidiendo ayuda.
Es difícil comprender el dolor que puede llevar a una persona a pensar que no hay otra salida. A menudo, quienes contemplan el suicidio no buscan la muerte; buscan que el dolor termine.
Soy una fans del cuidado de la salud mental, realmente es un tema delicado y, lamentablemente, aún existe un gran estigma con respecto a ello. Y es que nos cuesta reconocer que todos, en algún momento, podemos sentirnos vulnerables, rotos o abrumados.
El peso invisible: el dolor
¿Qué ocurre en nuestro interior cuando el dolor emocional parece insoportable? Todos hemos tenido nuestros momentos oscuros, pero algunos pueden verse atrapados en un ciclo de tristeza, aislamiento y desesperanza, que los lleva a pensar que no hay más salidas.
El suicidio a menudo es la consecuencia de un dolor emocional profundo, un sufrimiento que se siente insoportable.
Algo que para muchos puede ser difícil de entender, y es que no se trata de falta de fortaleza o de «querer escapar». Simplemente es un grito silencioso, una manifestación de la desesperación cuando la persona siente que ha agotado todas las soluciones.
Desde afuera pueden existir señalamientos, que aquel que tomó la decisión fue egoísta porque no pensó en su familia, en sus hijos, etc.; pero no, yo considero que esa persona en su angustia sintió que su decisión fue “ayudar” a sus seres queridos a librarse de una carga, porque así se sentía en su interior.
Una realidad que duele.
El suicidio no es un tema fácil de abordar. Porque nos enfrenta con una realidad que duele, y que muchos preferimos no ver. Sin embargo, considero que hablar del suicidio es necesario, porque en cada conversación, en cada palabra, podemos ser ese faro que ilumine el camino de alguien que está en la oscuridad.
Muchas veces, el simple acto de escuchar o de preguntar “¿cómo estás?” puede ser un salvavidas para quien se siente ahogado en un mar.
No estás solo.
Esta simple frase puede marcar la diferencia en la vida de alguien que está atravesando por momentos difíciles. Pero no es decir la frase de dientes hacia afuera, es realmente decirla desde el corazón.
Mi querido lector, la soledad, combinada con el sufrimiento emocional, puede crear una tormenta interna que lleva a una persona a perder la esperanza. Pero las palabras, cuando son dichas desde el corazón, tienen el poder de sanar, de abrazar, y de brindar consuelo.
Es importante recordar que cada palabra cuenta.
Debemos saber hablar con las personas, dar un abrazo que calme la tormenta de la mente y libere oxitocina, baje el cortisol, y nos haga respirar.
Seamos seres llenos de Dios, seamos luz.
Si en este momento, mientras lees estas líneas, sientes que el peso del mundo es demasiado para ti, quiero que sepas algo: hay luz al final del túnel.
- Aunque el dolor te haya hecho creer lo contrario, aunque sientas que ya no puedes más, hay personas que te aman y te valoran, incluso si ahora no puedes verlo
No temamos de abordar el tema del suicidio. Hablar sobre ello no aumenta el riesgo, sino que crea un espacio seguro para la comunicación.
- No temas en pedir ayuda, en hablar, expresar lo que sientes. No estás solo en este viaje. Tu vida es valiosa, y el mundo sería un lugar con menos luz sin ti.
Y si conoces a alguien que parece estar luchando, no temas en acercarte. Tal vez no tengas las palabras adecuadas, porque a veces podemos no saber cómo hablar, pero lo importante es estar presente. Considero que somos responsables de cómo nos comunicamos, y esa responsabilidad puede ser la llave para abrir una puerta que alguien creía cerrada para siempre.
- Escuchar sin juzgar, ofrecer un hombro, un abrazo o una palabra de aliento. La prevención del suicidio comienza con la empatía, con la capacidad de ponernos en los zapatos del otro y decir: “Estoy aquí para ti.”
A veces, lo que alguien necesita es simplemente ser escuchado. No ofrezcas soluciones rápidas, sino escucha con empatía y sin juicio. Da un consejo si lo consideras necesario; pero no impongas tú juicio.
- Fortalecer los lazos, mantén conexiones cercanas con tus seres queridos. Un simple «¿cómo estás realmente?» puede abrir la puerta a una conversación crucial. No es atosigar pero si hacer sentir a la persona, que estamos ahí.
Cuida de ti mismo, la prevención del suicidio empieza por el autocuidado. La salud mental es tan importante como la salud física, y cuidarla debería ser una prioridad diaria. Invitemos con el ejemplo, a que los demás se cuiden.
Seamos Mensajeros.
El suicidio es prevenible, pero depende de todos nosotros. Depende de nuestra capacidad para reconocer las señales de advertencia, para ofrecer apoyo sin juicios, y para hablar abiertamente sobre lo que a menudo se mantiene en la sombra.
Si alguna vez sientes que la vida se vuelve insoportable, recuerda que el dolor es temporal y que hay ayuda disponible. Siempre hay alguien dispuesto a escuchar. Este artículo no es solo un recordatorio para quienes están en riesgo, sino para cada uno de nosotros.
Hagamos un compromiso, no solo con los demás, sino también con nosotros mismos. Cuidemos nuestra salud mental tanto como cuidamos nuestro cuerpo.
¿Te has preguntado como cuidas tú salud mental y la de quienes te rodean?
¿Hace cuanto no observas los silencios de tus hijos, aquel amigo que ríe mucho o aquella familiar que un día se encerró y no quiso hablar más?
Hablemos, sin miedo ni vergüenza, de nuestras emociones. Rompamos el estigma que aún rodea a la depresión, la ansiedad y otros trastornos emocionales. Recordemos que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino de valentía.
En un mundo lleno de desafíos y con una vida acelerada, la prevención del suicidio comienza con la compasión, la comprensión y la esperanza.
Cada vida cuenta. Cada sonrisa, cada abrazo, cada gesto de amor puede ser ese rayo de esperanza que alguien necesita para seguir adelante. Porque la vida, con sus altibajos, con sus momentos de dolor y de alegría, siempre vale la pena ser vivida.
Me voy por mi café, un abrazo, y recuerda que Dios contigo S I E M P R E.
La vida es bella!!! Seamos luz, seamos guía, seamos apoyo!! Siempre siempre Dios es el camino!!
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Gracias por estar aquí 🦋